30 de diciembre de 2006

Editorial

Adiós a un “año de transición”

Sin lugar a dudas, el 2006 que se va tuvo más penas que alegrías para el deporte santacruceño que vivió crisis dirigenciales sin antecedentes recientes e infortunadas decisiones que terminaron perjudicando a todos aquellos deportistas que intentaron alcanzar el éxito.
Calificar al 2006 como “un año de transición” es en realidad la forma menos dura que encontramos para describir lo ocurrido, ya que en realidad estamos hablando de un año totalmente perdido.
Todo comenzó mal desde el principio de año, cuando la Subsecretaría de Recreación y Deportes se vio envuelta en problemas por la desaparición de más de un millón de pesos correspondientes al período del 2005.
Todos los cañones apuntaron al por entonces subsecretario, Amado Carrizo, quien perdió la confianza y el apoyo de todos al ser el máximo responsable de semejante caso de corrupción que terminó por costarle su cargo, debiendo renunciar ante las presiones del Ministerio de Gobierno que encabeza Daniel Varizat.
Esto ocurrió allá por julio de este año, y hasta entonces se vieron estancados todos los procesos y proyectos que dependían de la Subsecretaría, como los Juegos Evita y los Juegos de la Araucanía. Esto sin contar que los escasísimos cuatro millones del presupuesto eran manejados directamente por el Ministerio de Gobierno. Al menos, en los casos más importantes.
Tras la escandalosa renuncia de Amado Carrizo, asumió Mario Grillo como nuevo subsecretario, pero poco y nada pudo hacer por el escaso tiempo de trabajo que tuvo en lo que quedó del año, por lo que todo quedó prácticamente en la nada, confirmando que este no fue más que un año perdido. Uno más y van…
Con un presupuesto realmente patético y con una alarmante falta de infraestructura, Santa Cruz vio pasar un nuevo período que no sirvió prácticamente de nada. Apenas si puede haber servido para sentar las bases de trabajo en la Subsecretaría. Algo que tampoco está comprobado.
A la falta de proyectos concretados, la falta de un presupuesto digno, la falta de infraestructura y la falta de capacidad para progresar, hay que agregarle la falta de una política para conseguir el apoyo empresario para el deporte provincial.
Si el apoyo no llega, bien se haría en salir a buscarlo con una política seria, que ofrezca algo a cambio de ese apoyo, pero eso tampoco está hasta el momento.
Todo esto y mucho más, estará en manos de Mario Grillo y su equipo de trabajo. Para concretarlo por sus propios medios o para persuadir al Gobierno provincial en medio de un agitado año electoral.

Y en la cancha…

En lo estrictamente deportivo, este año tuvo un sabor agridulce. Bueno, en realidad, tuvo un sabor bastante más agrio que dulce.
En los primeros días de enero, la provincia del presidente perdió al único representante que tenía en el fútbol de ascenso.
Bancruz se bajó del Torneo Argentino “B” (la cuarta categoría del fútbol argentino) por falta de apoyo y nadie logró ocupar su lugar, en lo que significó un importante retroceso para todos aquellos chicos que venían empujando de abajo con el incentivo de jugar un torneo importante, lejos de la chatura del fútbol local.
A poco de cerrar el 2006, fue el primer equipo de básquet del Boxing el que se ganó una plaza en la Liga Nacional “B” (la tercera categoría del básquet argentino), pero la Comisión Directiva del club decidió rechazar la oportunidad, haciendo un verdadero papelón ante la Confederación Argentina de Básquet, además de provocar todo un escándalo mediático que definitivamente dejó mal parado al presidente del club, Emilio Güatti, quien fue justamente acusado de “mentiroso” por el ex técnico, Diego Riboldi, y los jugadores del club.
Sin equipos en el ascenso de ningún deporte, Santa Cruz se resume a la participación en torneos casi totalmente amateurs y esporádicas competencias regionales.
Los Juegos de la Araucanía volvieron a tener a Santa Cruz en un triste noveno lugar, aunque en esta ocasión fue con cierto avance en ciertas disciplinas.
A hora bien. Lo que uno sinceramente se pregunta es: ¿El avance fue producto de un proceso serio de trabajo o producto de una camada de jugadores que traía su formación desde sus respectivos clubes?
Personalmente, algo me hace pensar que la segunda opción es la correcta, porque el proceso previo a los Juegos de la Araucanía fue nulo y nadie (ni siquiera el subsecretario) esperaba grandes logros.
Con la excepción del equipo de ciclismo, no hubo grandes logros, pero sí algunas actuaciones por encima de lo que se esperaba, como los equipos femeninos de voley y básquet, más otras medallas en atletismo.
Otras pocas, pero importantes, alegrías llegaron de la mano de esfuerzo individuales como las de José Luis Breide que terminó como número uno del ranking nacional de salto en alto, Federico Alonso que ganó en una categoría nacional de automovilismo como el TC Mouras, Maximiliano Estévez que ganó su primer punto ATP y pretende comenzar a transitar el camino del profesionalismo con grandes éxitos. También fue excelente lo de Luciano Rivera que defendió en tres oportunidades su título sudamericano de kick boxing y el equipo de ciclismo que brilló en la Araucanía con una estrella especial como lo es Cristian Facchini.
A pesar de estos logros individuales, el balance general arroja un saldo negativo que deberá ser revertido con urgencia por parte de quienes tengan la responsabilidad de conducir el destino del deporte santacruceño
Como de costumbre, Sorpresa y Media estará aquí para seguir de cerca cada paso de un nuevo año que recibimos con esperanza.