22 de mayo de 2007

Ni perdón ni olvido

Por Elio Mayorga

*Para Sorpresa y Media

La trágica Muerte del joven vecino de nuestra ciudad, Carlos “Cali” Castillo, nos obliga a expresarnos y manifestar nuestro sentimiento ante lo sucedido, quizás por propia impotencia y desde el dolor de no haber podido evitar tamaña tragedia, si bien el ciclismo es un deporte de riesgo, en la soledad y silencio cada ciclista siempre esta en riesgo permanente, aún cuando realiza su entrenamiento diario, y en cada competencia las medidas de seguridad deben extremarse, sin dilaciones, pero deben estar a cargo de expertos en la materia, no de improvisados, policías o agentes de transito que poco conocen de los riesgos del ciclismo, ni idea tienen de velocidades, pelotones, tiempos, y eso tan particular que tiene la actividad ciclística, que solo quienes alguna ves estuvieron arriba de una bicicleta de carrera saben y conocen.

Será muy difícil encontrar un justificativo, una explicación lógica y que le de la resignación que sus padres y hermanos necesitan, nadie logrará aplacar tanto dolor, un chico de nuestra ciudad, un vecino, con un enorme futuro, que con el buen ojo avizor de quienes supieron seleccionar a Carlos, se proyectaba rápidamente mostrando su compromiso y dedicación a esta actividad, no extraño para nada sus logros en el primer día de competencia, ni en la carrera final, donde lucho hasta mas no poder para llevar al equipo adelante, fue felicitado por todos, sería su ultimo galardón. .

Por esas inexplicables cosas de esta vida, un destello de fatalidad, ayudado por la triste e incomprensible determinación de un ser humano de tan solo 19 años, y que con un arma mortal como lo es una camioneta Dodge modelo 1974 con cubiertas de competición intento un sobrepaso como si estuviera en un autodromo y termino involucrándose en un terrible accidente, arrastrando por mas de 25 metros al malogrado Castillo y dejando herido a otro joven de Viedma, que su único pecado era ir transitando sobre la ruta a marcha lenta sobre una bicicleta luego de haber participado de una competencia, que dicho sea de paso había tenido otra excelente labor de nuestro representante.

El jefe del operativo de Transito Policial sentencio: “El operativo había terminado” y el accidente es ajeno a lo nuestro” entonces queda la sensación de que circular con un vehículo en esas condiciones en Neuquén es valido, por eso uno se pregunta quienes son los responsables, como los organizadores decidieron que chicos de 14,15 o 16 años, circulen por una ruta tan vertiginosa y transitada como lo es la 7, donde nadie tuvo en cuenta que había una competencia de ciclismo que estaba por comenzar o había finalizado y SE DEBIA CIRCULAR CON PRECAUCION POR LO MENOS UNA HORA ANTES Y HASTAUNA HORA DESPUES COMO MINIMO, aquí literalmente las autoridades de transito “ se lavaron las manos y tiraron la pelota afuera” pretendiendo culpar a los propios ciclistas por su “irresponsabilidad” al transitar por allí.

La competencia en ruta de 60 kilómetros, se desarrollo en un verdadero caos de transito donde los ciclistas participantes, debían no solo pensar en el adversario sino además de cuidarse por la imprudencia de todo tipo de vehículos e inclusive muchos de gran porte que circulaban libremente en la ruta, durante la competencia, algunos por la banquina, tal como obra en los registros fílmicos obrantes, uno se pregunta donde estaban los patrulleros que debían ir adelante abriendo el camino y los cortes en cada cruce, las señalizaciones con cinta peligro, los conos identifica torios del recorrido, los veedores con la identificación de la organización respectiva, donde estaba la seguridad de que hablo el jefe del operativo, solo se pudo apreciar una moto, encabezando el pelotón de vieja generación, que para mala suerte de su conductor equivoco el camino, en una muestra mas de la incapacidad de los neuquinos para organizar una prueba de este tipo. Podríamos ampliar mas detalles, pero ya nada sirve, es tarde para todo, podríamos referirnos a las condiciones del alojamiento de nuestros deportistas de capacidades especiales, pero tampoco sirve, podríamos referirnos además de las distancias que habría que recorrer, de una programación que nadie conocía, de la falta de señalización de los escenarios deportivos, de la falta de guías, de una infinidad de cosas, que ahora no vienen al caso, solo queda el dolor de haber perdido una vida, un deportista de nuestra provincia, seguramente nada de lo que pueda responder Neuquén como organizador servirá para aplacar nuestra tristeza, Por que se repite la historia en una provincia convulsionada donde en tan poco tiempo se han perdido dos vidas, una por un reclamo gremial y otra en una actividad deportiva, quizás es hora de que sus autoridades hagan su propia autocrítica y revisen su accionar, por lo menos antes de embarcarse en emprendimientos donde hay vidas en juego.

Queda un enorme dolor, una familia rota, un equipo de ciclismo desarmado, desintegrado moralmente, un entrenador que, solamente El , sabe el dolor que siente por la perdida de prácticamente un hijo, y un enorme interrogante de cual será de ahora en mas el futuro de nuestra provincia en este tipo de eventos, cuando en esta desteñida versión de los juegos patagónicos se puso en evidencia la paupérrima y deplorable organización, de la dirigencia neuquina, que solo apareció luego de la tragedia, que culmino con la lamentable perdida de una vida humana. Santa Cruz esta de luto, el deporte ha perdido a una de sus figuras, “el polaco” tan joven, tan sencillo, con tanta ilusión, con tanto por hacer aún en su vida, y en un rato se derrumbó todo.

Como santacruceño me siendo con un enorme dolor al haber perdido a un vecino de mi ciudad, a un chico, Quiero instar a quienes tengan decisión, a revisar sinceramente, cada decisión que deban tomar en cuanto a este tipo de incursiones, se debe prever con anticipación, se debe acumular información propia de cada lugar, de cada detalle de organización, se debe tener logística propia y no confiar en terceros. Claro, ahora es tarde para lamentos, es momento de actuar con determinación, no importa el compromiso que hubiera ni nada parecido, pero lo que interesa es que no se repita, que la muerte de Carlos Roberto Castillo sea un punto de inflexión, que su muerte no sea en vano.