Como inocentes niños, seguimos creyendo que la historia puede cambiar a pesar de que la realidad nos golpea día tras días y con tanta fuerza que llega a ponernos al borde del “knock out”.
Pero como la esperanza es lo último que se pierde, Sorpresa y Media sigue aportando ideas, por el momento utópicas, que le otorgarían un poco de aire fresco a tanta política desdibujada. En este caso, la deportiva.
Y como la esperanza es lo último que se pierde, también deseamos interminablemente que algún día alguien pueda tomar estas propuestas para transformarlas en realidad.
En este caso, esto sería algo así como un “pantallazo” general de un proyecto para crear e instalar definitivamente un Tribunal de Justicia Deportiva.
Sí, así como lo lees. Esto no sería ni más ni menos que el ya conocido por todos tradicional Tribunal de Justicia, pero con las reformas necesarias como para comenzar a combatir de una buena vez la corrupción que está a pleno en nuestra provincia desde hace ya muchísimos años.
Más precisamente, el Tribunal de Justicia Deportiva debería encargarse de supervisar el accionar de todos, pero todos, los dirigentes de la provincia de Santa Cruz.
Esto implicaría seguir de cerca el manejo de fondos de cada asociación, cada federación y, por supuesto, la política deportiva de la Subsecretaría de Recreación y Deportes.
Está claro que esta no es una propuesta que surgió de la nada, sino de los constantes errores en la política santacruceña. Ya sea en asociaciones y federaciones mal conformas y también muy mal manejadas que terminan finalmente desapareciendo.
A lo largo de la historia, son mucho más de 100 las asociaciones que fueron desapareciendo en Santa Cruz y actualmente tenemos tristes casos como la Asociación de Handball que perdió su personaría jurídica, la de voley que nunca logra conformarse y, por ejemplo, la federación de gimnasia artística, que también es sólo un sueño de unos pocos.
Esto sólo por nombrar un puñado de las decenas de casos que actualmente forman parte del triste presente de la política deportiva de nuestra provincia.
En medio de tanto descontrol, y con una increíble pasividad del Gobierno provincial para tomar cartas en el asunto, la solución ideal sería la creación de un Tribunal de Justicia Deportiva que se encargue de castigar a todos aquellos que se creen muy “pillos” y de ayudar a quienes se equivoquen, pero tengan reales ganas de rectificarse y comenzar a trabajar en serio.
Por el momento, nada más que un deseo…