24 de abril de 2008

UNA LÁSTIMA

Cualquier persona que haya tenido la oportunidad de cursar estudios superiores, ya sea en un instituto terciario o en una universidad, sabrá de lo mucho que se puede aprender de los profesores que realmente valen la pena.

Muchas veces, por más sencilla que resulte una frase a simple vista, acompañada de un lindo análisis o una linda reflexión, puede transformarse en algo realmente interesante o productivo.

Entre los muchos ejemplos que se pueden citar, hoy elijo una que escuché hace poco tiempo de una “profe” (Mirta Del Pino) que, hablando de un determinado tema, nos dijo: “Hasta que uno no reconoce sus problemas, es imposible comenzar a solucionarlos”.

¿A qué viene todo esto? A una sincera autocrítica que es necesaria hacer de vez en cuando, como para tratar de reconocer las falencias para luego comenzar a solucionarlas.

La referencia es en este caso para los medios de comunicación de nuestra ciudad y la idea general y compartida de todos los periodistas y profesores universitarios de que el nivel es muy bajo. Que los medios están lejos de ofrecer lo que podrían ofrecer.

Los motivos son varios y van desde los bajos sueldos hasta el poco reconocimiento que pueden tener todos en todo el país y la pauta oficial que limita a cualquiera que quiere hacer algo realmente interesante.

“Las verdades hay que decirlas completas, porque dichas a medias se transforman en mentiritas”, dijo el gobernador Peralta durante un acto que se realizó en el CePARD el lunes por la tarde y en esa le doy la razón, más allá de que él forme parte de una línea política que borra con el codo todo lo que escribe con la mano.

COPY-PAST

Los factores que entran en juego para que los medios tengan un bajo nivel son muchos. En algunos, los periodistas no podemos hacer nada. Pero en otros, sí.

¿En cuáles? En no olvidarnos de escribir! No es una regla general, pero es una lástima que los medios sean cada vez más “rellenados” por la prensa institucional.

La regla es general, pero como para poner un ejemplo más claro, y que nos involucre, hablaremos del periodismo deportivo que, al igual que el resto de las secciones, tiene cada vez más información de prensa que llega por correo que información propia. Y eso es una lástima.

Una lástima porque eso tiene varias consecuencias. La falta de contacto y comunicación con los deportistas es una y la falta de sentido de la realidad es otra. Sólo por citar dos de ellas.

La tecnología tampoco ayuda. El teléfono, Internet y el “chat” hacen que el contacto cara a cara se vaya perdiendo y eso también es una lástima.

Una de las cosas más lindas del periodismo es vivir el día a día con intensidad, tratando de descubrir las noticias como si estuvieran debajo de una piedra. Caminar, llamar, preguntar, investigar y escribir. Todo ese proceso se realiza cada vez menos y eso es una lástima.

Por ejemplo, las secciones deportivas de los medios gráficos de Río Gallegos pueden llenar todos los días al menos dos páginas con información de prensa institucional sin tener que escribir ni un renglón. Dos páginas como mínimo, sin contar que hay días en los que no hace falta ni escribir y eso es una lástima muy grande, porque juega en contra de los que no tienen prensa, que muchas veces son los que trabajan igual que el resto, pero en silencio absoluto.

Prensa de la Subsecretaría, prensa de la “Muni”, prensa de Boxing, Hispano o el club que fuere, siempre llegan gacetillas o notas de prensa. ¿Lo curioso? Los deportistas involucrados en esos informes pocas veces se ven la cara con alguno de nosotros, los periodistas que necesariamente tenemos que hacer una autocrítica cuanto antes.

Como casi nunca antes, hoy los medios juegan un rol fundamental en el apoyo al deporte. Y la idea de sentarse a esperar que llegue una gacetilla en lugar de buscar las noticias no colabora en nada.

Por supuesto que hay de todo. Los que trabajan, los que no y los que hablan más de lo que hacen. Cada uno de nosotros sabe en su interior cual descripción le cabe mejor y que tendría que hacer de ahora en adelante para no terminar siendo un robot que copia y pega, casi sin leer lo que pega.

“El que no pegó una gacetilla alguna vez que levante la mano”, gritó en el medio de una redacción un colega y amigo alguna vez, hace no mucho tiempo. Y vaya si tiene razón, porque todos lo hicimos y lo seguiremos haciendo, pero los excesos nunca son buenos y ahí está la clave.

Las gacetillas o notas de prensa que llegan a diario son muy interesantes en el 90 por ciento de los casos, pero es inadmisible que esas notas ocupen más del 70 por ciento de una sección de deportes cada día. Tenemos que volver a escribir, volver a estar cerca de la realidad del día a día. Y eso no debería costar nada.

La verdad no ofende y esta es la más pura de ellas, la que nos involucra a todos los que trabajamos en medios y que no podemos seguir mirando para el costado como si nada pasara.
Es una lástima que esto pase, pero pasa. Y nos pasa a todos.

¿Qué nos queda por hacer? Dejar de “boquear", hacer una autocrítica sin ofenderse y levantar la cola de la silla para salir a la calle.

“¿Qué haces acá? Las noticias están afuera”, rezaba una frase en una película que pude ver hace mucho tiempo y de la cual no recuerdo el nombre. Sin embargo, la frase me quedó grabada.

Citar notas de otros diarios vale la pena cuando no tenemos acceso a esa información, pero los excesos en esos casos son patéticos. Ni hablar cuando la fuente tampoco aparece en ese “copy-past” (copiar y pegar, una cultura ascendente).

Repito, cada cual conoce su realidad, pero siempre es bueno mirar hacia el costado para saber donde uno está parado.

Uff! Qué bueno hacer esta autocrítica de vez en cuando, siempre y cuando uno sea el primero en hacerse cargo de todo esto, y yo lo hago. Prometo seguir esforzándome para mejorar y eliminar vicios. Ojalá seamos cada vez más.