24 de febrero de 2007

Escándalo: el roñaGATE

Hace exactamente cuatro semanas, el Patinódromo marplatense fue escenario de un espectáculo con ciertos ribetes pugilísticos, aunque con poco de combate real. La prometida revancha de Jorge Castro fue casi una pantomima de boxeo. La 90 victoria antes del límite careció del valor de las 89 restantes, porque su rival, el colombiano José Luis Herrera, no sólo no sacó una mano en los casi seis minutos de acción, sino que se fue tres veces a la lona sin recibir, siquiera, un golpe preciso.
Sólo el aura de popularidad de Locomotora y sus 20 años de entrega sin par como boxeador profesional pudieron atenuar las críticas ante un cuadro de esa naturaleza. Sobre todo porque ese Herrera estuvo a años luz del que lo barriera del ring en abril del 2006 (ver Aquella noche...). Aun antes de la primera campana, se lo vio al moreno colombiano fuera de escena, superado por el ruidoso escenario y viviendo una escena tragicómica cuando rodeó nerviosamente el cuadrilátero sin saber por cuál de las escaleras ascender al ring.

Ahora empezó a conocerse el porqué de tan débil labor por parte del visitante. En una charla con el periodista colombiano Kevin Bello Parada (de la Cadena Radial Caracol y el Diario Deportivo) en el gimnasio del Centro de Alto Rendimiento de la ciudad de Cartagena, el boxeador reconoció que "tuve miedo de ganar. Hubo presiones, muchos llamados telefónicos. Yo no estaba mentalmente preparado para pelear esa noche. Tenía miedo que, de ganar, la gente se me viniera", dijo.

Terrible

La Pantera Herrera contó que las primeras presiones surgieron tras el pesaje. "Recibí varias llamadas a la habitación del hotel, diciéndome que no iba a salirme con la mía. Que si le hacía algún daño a Castro esperara ver lo que me podía pasar. Fue muy duro. Y no me sentí apoyado por mi apoderado, Francisco Herrera, porque no me acompañó en ningún momento, en ninguna de las negociaciones. Cuando le pedí a los organizadores de suspender la pelea, primero me quisieron convencer por las buenas, y me ofrecieron conseguirme un combate eliminatorio para ir por un título mundial, en Australia. Luego me dijeron que si yo no combatía debía hacerme cargo del sueldo de todos los peleadores y todos los costos de la televisión, porque la velada se caería. Los organizadores me pidieron que no dañara la fiesta que se había armado para el retiro de Castro", explicó.

El miedo de Herrera no era infundado. "Yo recordaba bien lo que había sucedido en la anterior pelea, con un grupo de fanáticos golpeando a otro porque suponían que estaba con mi equipo. No quería revivir la experiencia. Tantas veces vi por televisión a las hinchadas argentinas. Ni la policía puede aguantar a esa gente", graficó Herrera.
De acuerdo con lo relatado por el peleador de San Onofre, sus temores afloraron camino al ring. "Cuando sentí la multitud, pensé: ''¿qué podemos hacer dos personas, mi profesor y yo, ante más o menos (sic) 12.000 o 13.000 personas?. Coño, aquí nos matan. No voy a conocer si el revólver mata, probándolo yo'', me dije. Sinceramente, ahí mismo tomé la actitud de no pelear con esmero", reconoció.
En este punto, Herrera no quiere dejar dudas. "Una vez lo humillé a Castro en su patio, cuando nos enfrentamos mano a mano. Y yo llevaba a Mar del Plata una mejor preparación que la que había tenido en Buenos Aires. Si yo le daba, lo noqueaba, eso era claro. Yo pensaba que si lo cogía (sic) se me iba a venir toda esa gente. Por eso yo no quise tirar ni un golpe. Que quedara claro que ése no era el verdadero José Luis Herrera, el mismo que humilló a Castro una vez", remarcó. Y con la misma convicción, Herrera descartó haber participado de un arreglo. "Yo recibí el dinero que se había pactado por combatir. Ni un peso menos, ni un peso más. En eso sí que me cumplieron", aseveró.
Herrera aceptó que su actitud en Mar del Plata no fue correcta, pero sí, justificable. "Considero que fue la mejor decisión que pude tomar en ese momento para cuidar mi integridad fisica y no provocar una situacion de más agravio. Ahora quiero dejar atrás esto y esperar una oportunidad para revalidar mi imagen. No me serviría pelear nuevamente con Castro. Quiero mayores desafíos", afirmó.(fuente: diario Olé)