Por Elio Mayorga Sin duda alguna que, aun se escuchan voces y opiniones, encontradas por supuesto, luego de la deserción del Atlético Boxing club de la Liga B de básquetbol, por determinación de su comisión directiva. El lector puede tomar posición a favor de la postura de los dirigentes o por la posición de la Subcomisión de básquet que a un ritmo arrollador de trabajo y con una ilusión enorme pretendían insertar el mejor básquet posible nuevamente en la ciudad capital de la provincia, tal como ocurriera en un pasado lejano cuando se llenaban gimnasios detrás de un equipo que nos representaba a todos. Por diferentes medios de comunicación ambos sectores dieron a conocer sus puntos de vista, sus convicciones y sus aclaraciones. Pero sin duda que falta la opinión más valida en todo esto. La opinión de la gente, del público, de quienes pagan su entrada para ver algún espectáculo diferente en esta ciudad. Esa Opinión aún no se vio reflejada en los medios periodísticos locales. Uno piensa que los dirigentes habrán soñado con el éxito, y para ello se puso en marcha un plan que llevaría a un equipo de la ciudad a lo mas alto posible, la victoria fue posible logrando ese soñado éxito, en el cual la palabra fracaso no aparecía escrita en la libreta ni siquiera del portero del club, todos apostaban al éxito del proyecto nadie pensaba en el fracaso. La realidad fue otra. De la victoria al fracaso, hubo solo una separación de 24 horas. Un Celebre navegante escribió: “Solo la victoria es linda”. La Victoria es efectivamente, el objetivo final que persigue el deportista, gracias a ella obtiene una suerte de prestigio social, que provoca generalmente una fuerte emoción. Esta puede manifestarse de maneras muy diversas, sonrisas radiantes, exultación, lagrimas de alegría, incluso desmayos, en fin todas estas situaciones además resultan comunicativas y contagiosas. La victoria, del equipo es también de la comunidad conformada por entrenadores, compañeros de equipo y los dirigentes, pero también por los allegados y los hinchas. conocidos o desconocidos. Todos se identifican con el vencedor, haciendo suya la victoria. Así el deportista aporta gracias a su éxito una especie de apoteosis a un verdadero acto colectivo de creación. El es el representante de su entorno, de su ciudad, de su lugar. Es valido considerar también que en la estimulación para la competición hay quienes tienen “una moral de vencedor” o “gran apetito de victoria” Aquí consideramos que le cabe este análisis a la victoria obtenida por el plantel de primera de Boxing que logro una plaza para disputar la liga b de básquetbol, algo soñado y logrado en base a las convicciones que cada uno de los integrantes del proyecto tuvieron.
El turno del Fracaso
En la medida en que hay un solo vencedor y numerosos vencidos, la noción del fracaso tiene mas importancia en el deporte, que la del éxito. Conviene en muchas oportunidades no asimilar sistemáticamente la derrota a un fracaso. De hecho, para que haya fracaso, es necesario que el resultado sea no solo negativo sino que además, se sitúe lejos de las esperanzas colocadas en la competencia en si. El sentimiento de fracaso puede nacer de un resultado aislado o de un balance sobre toda o una parte de una competencia, o de determinaciones equivocadas. En cuanto al fracaso mismo, resulta frecuentemente de causas psicológicas, infinitamente complejas y variadas.Es así que se puede señalar que si algunos tienen temor a perder, otros tienen temor de ganar, las dos actitudes conducen paralelamente al fracaso. Sabido es que por otra parte que no es suficiente reunir a los mejores para constituir un buen equipo, el conjunto de diferentes elementos trae temibles problemas psicológicos. Lo que esta en juego en las competencias de estos tiempos es tanto y tan grande y los esfuerzos consentidos para obtener resultados importantes, que en el deporte que puede ser fuente de equilibrio, puede también convertirse, en el mas alto nivel, en un motivo de tensión, de angustia. Una vez consumado el fracaso, como es el caso que nos ocupa hay que tomar precauciones para que no sea traumatizante. A fin de estudiar esos problemas, en la psicología deportiva hay suficientes elementos para depresionar a los involucrados luego del fracaso. En esta cuestión asociada a lo que nos referimos, sugerimos a quienes llevaron a este fracaso inmediatamente tomar medidas al respecto, precisamente para que a futuro no quede incorporada una situación traumatizante para la institución que puede influir directamente en la vida institucional o en otras disciplinas deportivas.