Pasaron exactamente dos años y para muchos la alegría se transformó en impotencia y tristeza. ¿Por qué? Porque la realidad está bastante lejos de ser como se imaginaba en un principio y hoy está muy claro que la cancha del Boxing es sólo del Boxing y con esto quiero decir que la hermosa cancha de césped está muy lejos de estar a total disposición del fútbol local.
La mentalidad de los dirigentes locales hace que hoy sólo unos pocos equipos puedan jugar allí, mientras que el resto deberá seguir haciendo lo que se pueda para jugar bien al fútbol en canchas de tierra.
Increíblemente (o no tanto) parece que los dirigentes de la mayoría de los clubes en nuestra ciudad volvieron a actuar sin tener en cuenta a los jugadores. Al menos, sin consultarles qué tan importantes era para ellos llegar a un acuerdo para que todos puedan jugar en la cancha de césped del Boxing.
El requisito para poder jugar en la cancha de césped fue desde un comienzo ceder la localía y jugar contra los albiverdes aún cuando estos deberían hacer las veces de visitante.
A decir verdad, este requisito obligatorio nunca debería haber existido si es que se pretende que progresemos todos juntos, pero, obviamente, el Boxing pensó sólo en el Boxing y tiene el derecho de hacer lo que quiera con su cancha. Primera acto de egoísmo.
El segundo tiene que ver con la decisión de dirigentes de los demás clubes que tampoco aceptaron ceder la localía, quitándole la posibilidad a sus jugadores de jugar en la polémica cancha de césped. Equipos como El Cóndor, Defensores e Hispano, entre otros, deberán jugar el 99 por ciento en cancha de tierra. Que estupidez, ¿no?
Tantos años esperando una cancha digna para jugar al fútbol y ahora que la tenemos sólo pueden utilizarla unos pocos. En realidad, esto para porque la cancha no la tenemos todos, la tiene el Boxing y ese es el mayor error del Gobierno provincial.
En lugar de distribuir el dinero equitativamente, se la otorgan a un solo club y las malas decisiones tomadas por los dirigentes de ese y otros clubes, hacen que muchos jugadores deban seguir remándola en canchas con tanta tierra.
Párrafo aparte para los que no siquiera quieren jugar en la cancha de césped, como Petrolero Austral que decidió por iniciativa propia seguir pateando piedras para acortar diferencias futbolísticas con el Boxing. Toda una estupidez muy grande.
Impotencia es la mejor palabra para describir el sentimiento de los jugadores que hoy sí quieren, pero no pueden jugar en la cancha de césped. Que se rompen el alma entrenando durante la semana para tener que ir a jugar en cancha de tierra el fin de semana, cuando hay una hermosa cancha que podría ser utilizada por todos. Pero la cancha no es de todos…Qué estupidez, ¿no?
Después de tanto egoísmo y tanta chatura dirigencial demostrada con el caso de la cancha del Boxing, no nos queda más que rezar para que una vez más los que toman las decisiones piensen en los jugadores y no en conveniencias personales.
¿Cómo debería haber sido esto? Los dirigentes del Boxing poniendo a total disposición la cancha sin ningún tipo de requisitos y con el resto de los clubes pidiendo jugar allí por iniciativa propia, cediendo la localía por iniciativa propia. Pero estamos en el mundo del revés y los resultados están a la vista.