Pasó la ansiedad y los nervios del debut. El Boxing logró ganar el primer juego y ahora enfrentará un desafío algo más complicado, cuando tenga que viajar hasta Río Grande para enfrentar este domingo al Real Madrid.
La victoria ante Lago Argentino fue, por momentos, una señal de alarma para los albiverdes que deberán corregir ciertas falencias importantes como para no pagarlo caro en las próximas fechas, ya que jugarán los siguientes tres compromisos fuera de casa.
El técnico del equipo, Juan Carlos Gargaglione, tiene experiencia de sobra como para solucionar los inconvenientes que mayormente pasaron por la actuación del equipo en defensa.
Y eso no quiere decir que la culpa sea sólo de la última línea, compuesta por la línea de cuatro.
El problema parece empezar desde tres cuartos de cancha hacia atrás. Donde cualquier equipo comienza a defenderse del ataque rival.
Allí el Boxing no tuvo la presión que supo mostrar en el torneo local. Volantes con mucha marca y distribución como Gustavo Díaz, Daniel Maidana y Darío Avila pueden tener actuaciones mucho más destacadas de la que tuvieron en la primera fecha y ciertos desequilibrios y fallas en las entregas del balón hicieron que su equipo sufra más de la cuenta.
De todas formas, estos tres jugadores son inamovibles en el once inicial y sólo habrá que esperar que se acomoden mejor para que el equipo recupere el equilibrio de sólo unos días atrás.
Además, será clave que los jugadores recuperen ritmo de juego, tras las vacaciones por las fiestas y una mini pretemporada que lógicamente afectó a jugadores ligeros y que dependen mucho de la velocidad y el manejo de los tiempos para destacarse en la cancha. Lo normal sería que se acomoden en los próximos dos partidos.
Más complicado
Como última barrera defensiva, antes de llegar al arquero, los rivales del Boxing enfrentan a una defensa que sí deberá solucionar problemas más graves que los pequeños desacoples que mostró el mediocampo.
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Viaje de vuelta con problemas
Unos minutos después de las 19 del domingo, luego de jugar ante Sportivo Santa Cruz, la delegación del Real Madrid emprendió el retorno a la provincia, en tres vehículos particulares (dos de ellos adelantados al grupo) y un transporte de pasajeros. La intención era cruzar la barcaza y arribar en la madrugada a destino.
Sin embargo, una disposición aduanera que no cumplía el transporte hizo detener la marcha en la frontera argentina, en el paso de Integración Austral (Monte Aymond). El vehículo quedó impedido de seguir con su derrotero.
El auto particular continuó el viaje, buscando cruzar el Estrecho de Magallanes, aunque por lo avanzado de la hora (1:30 del lunes), las autoridades chilenas los retuvieron en sus oficinas, y al menos le brindaron unos colchones para que su «estadía» fuera un poco más cómoda.
Mil metros más atrás, el resto del grupo (una docena de personas), más allá de estar de acuerdo o no con lo dispuesto, soportó cierta desidia del personal de Gendarmería, pasó la madrugada en el interior del transporte, y esperó las primeras horas de la mañana para buscar una plaza en los cientos de vehículos que venían hacia la isla.
Sin mucho éxito decidieron llegar a pie hasta el sector fronterizo chileno, y allí sí pudieron subirse -de a uno- a los distintos autos que los trajeron de vuelta a su lugar de origen (el último de ellos arribó alrededor de las 18:00).
El transporte de pasajeros quedó retenido en la frontera, y su conductor regresó a Río Gallegos, previéndose para hoy su retorno a nuestra localidad.
Asimismo, las autoridades de Real Madrid pedirán un acompañamiento más directo de las autoridades pertinentes para intentar dejar sin efecto una multa para el transportista. (fuente: diario El Sureño)